Primer mensaje de la serie: El recuento de los daños.

A estas alturas del año y la pandemia quizás hayas sentido que tu vida se ha sacudido y muchas cosas se han dañado, quebrado, roto o perdido. La buena noticia es que hay esperanzas. Jesús es especialista en buscar y salvar lo que se había perdido. Hagamos el recuento de los daños y dejemos que sea Él quien nos restaure.

Cuando un matrimonio se quiebra, solucionarlo a solas es difícil, mejor pide ayuda, para eso está la iglesia.

Cuarto mensaje de la serie: Temor del bueno.

Cuando Israel estuvo al pie del Monte Sinaí, recibiendo el pacto del Señor, los truenos, la montaña en llamas y la estruendosa voz de Dios les llenó de pavor, pero, ¿fue miedo o sintieron el temor del Señor? Este año está cargado de un mensaje de miedo, bombardeándonos 24 horas al día. ¿Debemos atemorizarnos por todo lo que está sucediendo? ¿Qué diría Jesús? ¿Habrá algún temor que sea bueno? Este mes nos adentraremos en las aguas del temor del Señor y comprenderemos cómo éste, puede ser para nosotros, un seguro de vida.

No temeré al futuro, porque camino con Dios, a su ritmo, siguiendo sus pasos.

Tercer mensaje de la serie: Temor del bueno.

Cuando Israel estuvo al pie del Monte Sinaí, recibiendo el pacto del Señor, los truenos, la montaña en llamas y la estruendosa voz de Dios les llenó de pavor, pero, ¿fue miedo o sintieron el temor del Señor? Este año está cargado de un mensaje de miedo, bombardeándonos 24 horas al día. ¿Debemos atemorizarnos por todo lo que está sucediendo? ¿Qué diría Jesús? ¿Habrá algún temor que sea bueno? Este mes nos adentraremos en las aguas del temor del Señor y comprenderemos cómo éste, puede ser para nosotros, un seguro de vida.

El día del Señor no es algo para tener miedo, el día del Señor es algo para estar preparados.

Segundo mensaje de la serie: Temor del bueno.

Cuando Israel estuvo al pie del Monte Sinaí, recibiendo el pacto del Señor, los truenos, la montaña en llamas y la estruendosa voz de Dios les llenó de pavor, pero, ¿fue miedo o sintieron el temor del Señor? Este año está cargado de un mensaje de miedo, bombardeándonos 24 horas al día. ¿Debemos atemorizarnos por todo lo que está sucediendo? ¿Qué diría Jesús? ¿Habrá algún temor que sea bueno? Este mes nos adentraremos en las aguas del temor del Señor y comprenderemos cómo éste, puede ser para nosotros, un seguro de vida.

El temor de Dios consiste en entender que el único que tiene poder para destruirnos, es el único que nos salvó.

Primer mensaje de la serie: Temor del bueno.

Cuando Israel estuvo al pie del Monte Sinaí, recibiendo el pacto del Señor, los truenos, la montaña en llamas y la estruendosa voz de Dios les llenó de pavor, pero, ¿fue miedo o sintieron el temor del Señor? Este año está cargado de un mensaje de miedo, bombardeándonos 24 horas al día. ¿Debemos atemorizarnos por todo lo que está sucediendo? ¿Qué diría Jesús? ¿Habrá algún temor que sea bueno? Este mes nos adentraremos en las aguas del temor del Señor y comprenderemos cómo éste, puede ser para nosotros, un seguro de vida.

Si mostrásemos el mismo nivel de temor que algunos tienen al COVID19 cuando nos lavamos las manos, nos cuidamos de contagios, pero como temor al Señor, de no fallarle, de andar en su palabra… la vida sería otra.

Tercer mensaje de la serie: Cuando Dios no tiene sentido.

La vida no siempre sale como esperamos, y oramos a Dios por ayuda y guía. Pero a veces parece que aunque oramos con fe, Dios no hace lo que le pedimos. Lo buscamos, pero no sentimos su presencia. Pasamos por el dolor, pero nuestros gritos de alivio parecen no tener respuesta. A veces, nuestras vidas simplemente no tienen sentido.

¿Es así o hay una verdad esperando a ser encontrada detrás de todo esto? Únete a Jazôn y aprendamos juntos, qué hacer cuando Dios no tiene sentido.

Cuando Dios dice «no» a algo, siempre es por algo bueno, nunca por algo malo.

Segundo mensaje de la serie: Cuando Dios no tiene sentido.

La vida no siempre sale como esperamos, y oramos a Dios por ayuda y guía. Pero a veces parece que aunque oramos con fe, Dios no hace lo que le pedimos. Lo buscamos, pero no sentimos su presencia. Pasamos por el dolor, pero nuestros gritos de alivio parecen no tener respuesta. A veces, nuestras vidas simplemente no tienen sentido.

¿Es así o hay una verdad esperando a ser encontrada detrás de todo esto? Únete a Jazôn y aprendamos juntos, qué hacer cuando Dios no tiene sentido.

En este mensaje aprenderemos que con Jesús, un tiempo de espera nunca es un tiempo perdido.

Primer mensaje de la serie: Cuando Dios no tiene sentido.

La vida no siempre sale como esperamos, y oramos a Dios por ayuda y guía. Pero a veces parece que aunque oramos con fe, Dios no hace lo que le pedimos. Lo buscamos, pero no sentimos su presencia. Pasamos por el dolor, pero nuestros gritos de alivio parecen no tener respuesta. A veces, nuestras vidas simplemente no tienen sentido.

¿Es así o hay una verdad esperando a ser encontrada detrás de todo esto? Únete a Jazôn y aprendamos juntos, qué hacer cuando Dios no tiene sentido.

En este mensaje exploramos esta verdad: Que Dios esté en silencio nunca significa que Él esté ausente. No cometas el error de juzgar el amor de Dios a través de tus circunstancias, más bien mira tus circunstancias a través del filtro del amor de Dios.

Cuarto mensaje de la serie: Todo pasa por algo.

Nuestras luchas no siempre tienen respuestas en el momento, pero incluso cuando no podemos verlas, siempre tienen un propósito. Veamos cómo Dios nunca desperdicia dolor y sufrimiento transformándolos en preparación para algo mucho más grande. Veamos cómo todo sucede por algo y a través de las pruebas, las luchas y el dolor crecemos para ser fuertes y encontrar propósito.

¿Dios protege a uno y a otros no? ¿Por qué me está pasando esto, justo ahora? Cuando decimos «Dios está en control», ¿sabemos lo que estamos diciendo?

Las casualidades no existen y Dios terminará por demostrarte que Él dispone todo para tu bien, si le amas.

Tercer mensaje de la serie: Todo pasa por algo.

Nuestras luchas no siempre tienen respuestas en el momento, pero incluso cuando no podemos verlas, siempre tienen un propósito. Veamos cómo Dios nunca desperdicia dolor y sufrimiento transformándolos en preparación para algo mucho más grande. Veamos cómo todo sucede por algo y a través de las pruebas, las luchas y el dolor crecemos para ser fuertes y encontrar propósito.

Si quieres cumplir el propósito de Dios comienza sirviendo a la gente.