Primer mensaje de la serie: Hábitos.

Pequeñas disciplinas. Grandes resultados.

Cambiar no es fácil, pero tampoco es imposible. Eres el resultado de las decisiones que tomas cada día.

En esta serie aprenderemos cómo algunos pequeños hábitos pueden cambiar la forma en que te ves a ti mismo hoy, y llegar a ser la persona que quieres ser mañana, pero más importante, cómo adquirir la identidad que Dios quiere que tengas.

¿Qué tal si comenzamos poniendo como meta, no ALGO que quieras lograr, sino ALGUIEN que quieras ser? ¿Quién quiere Dios que seas?

Quinto mensaje de la serie: Navidad en apuros.

Quisiéramos una vida más sencilla, sin sobre saltos, sin problemas. Y sin embargo nuestras vidas distan mucho de eso. Preocupaciones, dificultades, todos pasamos por momentos de dificultad.
¿Qué tal si todo eso fuera el envoltorio de una gran regalo? ¿Qué pensarías si supieras que tu próxima bendición ha venido envuelta en un paquete de problemas?
En esta navidad descubriremos cómo podemos salir adelante de las dificultades y permanecer inquebrantables, después de todo hace falta un problema para ver un milagro.
Cuando Dios ocupa el primer lugar, todo lo demás se alinea en la posición correcta.

Cuarto mensaje de la serie: Navidad en apuros.

Quisiéramos una vida más sencilla, sin sobre saltos, sin problemas. Y sin embargo nuestras vidas distan mucho de eso. Preocupaciones, dificultades, todos pasamos por momentos de dificultad.
¿Qué tal si todo eso fuera el envoltorio de una gran regalo? ¿Qué pensarías si supieras que tu próxima bendición ha venido envuelta en un paquete de problemas?
En esta navidad descubriremos cómo podemos salir adelante de las dificultades y permanecer inquebrantables, después de todo hace falta un problema para ver un milagro.
La navidad, así como la razón de la existencia se tratan de Jesús, Él es el centro y si dio su vida por mi yo viviré para Él.

Tercer mensaje de la serie: Navidad en apuros.

Quisiéramos una vida más sencilla, sin sobre saltos, sin problemas. Y sin embargo nuestras vidas distan mucho de eso. Preocupaciones, dificultades, todos pasamos por momentos de dificultad.
¿Qué tal si todo eso fuera el envoltorio de una gran regalo? ¿Qué pensarías si supieras que tu próxima bendición ha venido envuelta en un paquete de problemas?
En esta navidad descubriremos cómo podemos salir adelante de las dificultades y permanecer inquebrantables, después de todo hace falta un problema para ver un milagro.
Por extraño que parezca, Dios puede usar un problema era protegerte de otro problema e incluso perfeccionarte, a través de ese mismo problema.

Segundo mensaje de la serie: Navidad en apuros.

Quisiéramos una vida más sencilla, sin sobre saltos, sin problemas. Y sin embargo nuestras vidas distan mucho de eso. Preocupaciones, dificultades, todos pasamos por momentos de dificultad.
¿Qué tal si todo eso fuera el envoltorio de una gran regalo? ¿Qué pensarías si supieras que tu próxima bendición ha venido envuelta en un paquete de problemas?
En esta navidad descubriremos cómo podemos salir adelante de las dificultades y permanecer inquebrantables, después de todo hace falta un problema para ver un milagro.
A veces Dios permitirá un problema para tu vida, incluso lo ocasionará para corregirte y darte dirección. ÉL valora mucho la docilidad y la obediencia.

Primer mensaje de la serie: Navidad en apuros.

Quisiéramos una vida más sencilla, sin sobre saltos, sin problemas. Y sin embargo nuestras vidas distan mucho de eso. Preocupaciones, dificultades, todos pasamos por momentos de dificultad.
¿Qué tal si todo eso fuera el envoltorio de una gran regalo? ¿Qué pensarías si supieras que tu próxima bendición ha venido envuelta en un paquete de problemas?
En esta navidad descubriremos cómo podemos salir adelante de las dificultades y permanecer inquebrantables, después de todo hace falta un problema para ver un milagro.
Que los problemas no te sorprendan, muchas veces puede ser que Dios esté probando tu carácter.

Cuarto mensaje de la serie: Enséñanos a orar.

Mucha gente quiere hablar con Dios, orar, pero no sabe cómo. “¿Cómo comenzar a hablar con alguien a quien no veo? ¿Me escucha? Es tan sobrenatural que no sé cuál es la manera correcta de dirigirme a Él” y decenas de otras razones que terminan llevándonos a no hablar con Dios.

Entonces me acerqué a Él para decirle: “enséñame a orar” y Él me dijo: “Ya lo hice”.

No podemos con el reino, el poder y la gloria, no estamos diseñados para administrarlos. Mejor dejarlos en manos de quien sí puede, el Todopoderoso.

Tercer mensaje de la serie: Enséñanos a orar.

Mucha gente quiere hablar con Dios, orar, pero no sabe cómo. “¿Cómo comenzar a hablar con alguien a quien no veo? ¿Me escucha? Es tan sobrenatural que no sé cuál es la manera correcta de dirigirme a Él” y decenas de otras razones que terminan llevándonos a no hablar con Dios.

Entonces me acerqué a Él para decirle: “enséñame a orar” y Él me dijo: “Ya lo hice”.

Pedir nos hace aceptar nuestra condición de necesidad basados en la certeza de que tenemos un papá generoso.

Segundo mensaje de la serie: Enséñanos a orar.

Mucha gente quiere hablar con Dios, orar, pero no sabe cómo. «¿Cómo comenzar a hablar con alguien a quien no veo? ¿Me escucha? Es tan sobrenatural que no sé cuál es la manera correcta de dirigirme a Él» y decenas de otras razones que terminan llevándonos a no hablar con Dios.

Entonces me acerqué a Él para decirle: «enséñame a orar» y Él me dijo: «Ya lo hice».

Cuando decimos que Dios está en control damos un paso gigantesco de fe. Esa fe descansa en la SOBERANÍA de Dios, en la certeza de que Él dispone todo, para el bien de quienes le aman.

Primer mensaje de la serie: Enséñanos a orar.

Mucha gente quiere hablar con Dios, orar, pero no sabe cómo. «¿Cómo comenzar a hablar con alguien a quien no veo? ¿Me escucha? Es tan sobrenatural que no sé cuál es la manera correcta de dirigirme a Él» y decenas de otras razones que terminan llevándonos a no hablar con Dios.

Entonces me acerqué a Él para decirle: «enséñame a orar» y Él me dijo: «Ya lo hice».

Le llaman de muchas formas: Jehová, Shaddai, Yahweh, Dios, Adonaí, Elohim, Señor. Pero a Él le encanta escuchar cuando tú le dices: PAPÁ.